Y si fuera mi vida una escalera me la he pasado entera buscando el siguiente escalón,convencido que estás en el tejado esperando a ver si llego yo.
martes, 28 de diciembre de 2010
Empecemos por el principio.
La vida, si, nos tiende trampas, zancadillas del destino. Pero ¿y qué? Levántate y sigue. No perder el tiempo, esas es la clave. No pararse a mirar las heridas que te ha producido la última caída.
Salta, corre, vuela, aprender a brillar.
La vida es como el mar... Construyes tu castillo de arena, con esfuerzo, trabajo, tiempo... mucho tiempo, para que, después, en tan solo un segundo, un mísero segundo, llegue una ola y te derrumbe el castillo. Pero al final aprendes que no debes hacerlo tan cerca de la orilla.
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